Casa familiar ubicada a orillas del estero del Arrayán en la precordillera de Santiago. El terreno condiciona en parte el diseño, por estar dividido en dos planos alargados con fuerte diferencia de cota. Por parte del mandante el encargo de diseño de esta casa para la familia Añazco-Zegers se basaba pocas pero muy claras premisas.
La casa debía ser organica, tener el mínimo de líneas rectas y contar con una gran capacidad de aislación. Se decidió construir los muros perimetrales de fardos de paja, e instalar una capa de fardos sobre los cielos.
La estructura es de madera de pino, y el recubrimiento de muros de arcilla estabilizada. Para las maderas se eligió Ciprés Macrocarpa.
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